Córdoba, 3 de abril
de 2012.
Sr. Director, P. Luis de
Maussion, S.J., docentes, preceptores y
alumnos
Hoy
nos encontramos recordando el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de
Malvinas. Por su cercanía en el tiempo y por su saldo negativo, esta evocación,
junto al Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, se constituyen en las
fechas más tristes de nuestro calendario escolar.
Las
Islas Malvinas son un territorio disputado históricamente por varias naciones.
Los primeros en tomar posesión sobre ellas fueron los franceses, entre los años
1764 y 1766. Posteriormente, España reclamó su potestad sobre las Islas y
estuvieron bajo su dominio hasta el año 1811, cuando fueron evacuadas por los
españoles. Quedaron desiertas hasta 1820, año en que el gobierno Argentino
envió una fragata a tomar posesión y reclamar sus derechos sobre ellas,
argumentando, entre otras razones, que las islas forman parte de la plataforma
marítima argentina. En 1833 Inglaterra llegó hasta Malvinas, hizo retirar a los habitantes argentinos y de
manera ilegal las ocupó.
Desde
ese momento, Argentina reclamó por diversas vías su soberanía sobre las Islas
Malvinas y fue en 1982, tras 149 años de ocupación británica, que el Gobierno
Argentino anunció el envío de militares a esa región para hacer efectiva la
recuperación.
La
decisión anunciada por el Presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri fue
celebrada por el pueblo argentino, ya que la causa era sumamente justa y
significaba una materia pendiente para todos los argentinos. Lo que la gente no
sabía era que estaba siendo engañada…
El
gobierno militar había advertido un retiro de fuerzas militares británicas de
la región e interpretó esto como un signo de desinterés por parte de Inglaterra
sobre las Islas. Frente a esta situación, creyeron que el desembarco argentino
en la zona no iba a encontrar oposición y eso los animó…
Por
otro lado, creían que recuperando las Islas iban a lograr mejorar su imagen
pública. La cruel dictadura que habían instaurado en el golpe de Estado de 1976,
la desaparición de personas y la profunda crisis económica que atravesaba
nuestro país por ese entonces había debilitado el poder y la imagen del
gobierno de facto, razones por las cuales los militares buscaban desviar la
atención del pueblo y veían en la causa de Malvinas la forma de perpetuarse en
el poder…
Lo
cierto fue que el 2 de abril de 1982 se produjo el desembarco argentino en las
Islas. Los marines que estaban a cargo de la custodia de la región fueron
capturados y llevados como prisioneros a Montevideo junto al gobernador
británico Rex Hunt. El puerto Stanley fue rebautizado como Puerto Argentino y
desde ese momento asumió como gobernador de Malvinas el Gral. Mario Menéndez.
La
respuesta británica no se hizo esperar. El gobierno de la primera ministra
Margaret Thatcher también estaba atravesando un período de crisis y utilizó
esta guerra como una manera de mejorar su imagen. Su primera victoria fue
diplomática, puesto que Inglaterra consiguió que el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas declarase a Argentina como país agresor y le solicitase que
abandonara las Islas.
Ante
la negativa de Argentina de retirarse de la región, y luego de infructuosos
intentos de encontrar solución al conflicto por vía diplomática, el 1° de mayo
de 1982 comenzó la guerra.
El
ejército británico estaba conformado por 28.000 soldados aproximadamente. El
ejército argentino estaba compuesto por alrededor de 12.000 soldados, la
mayoría de ellos jóvenes de 18 años con escasa o ninguna formación militar,
enviados con armamentos obsoletos, sin tecnología y expuestos al frío, y en no
pocas ocasiones, al hambre.
El
principal combate en tierra, después del desembarco, se produjo el 28 de mayo,
cuando un contingente británico formado por 600 hombres derrotó a una
guarnición argentina mayor en número, tras un duro enfrentamiento. Los
británicos avanzaron hacia la principal guarnición argentina que estaba situada
en la capital. Poco a poco, mediante ataques combinados de artillería e
infantería para acabar con la intermitente resistencia argentina, los
británicos tomaron las tierras altas que rodean Puerto Argentino. El 14 de
junio, los soldados argentinos, a las órdenes del general Menéndez, se
rindieron.
En
esta guerra murieron 649 argentinos: 323 durante el hundimiento del crucero
General Belgrano y 326 en el archipiélago, y se calcula que al regresar,
alrededor de 400 excombatientes se quitaron la vida. Además murieron 258
británicos. A estas cifras debemos agregarles los soldados que quedaron con
secuelas físicas y psíquicas, fruto del combate.
Han
pasado 30 años ya de este lamentable episodio. Transitamos el siglo XXI y
resulta lamentable que aún exista un enclave colonial en las islas, es por ello
que Argentina insiste en su reclamo por vía diplomática, reclamo que ya no es
sólo nuestro, sino que adhieren a él muchos países.
Y
hoy nos toca recordar, hacer memoria… no para quedar anclados en el pasado,
sino para poder mirar hacia adelante y pensar en un país y un mundo mejor…
Recordar,
hacer memoria para poder decir, convencidos, que la vida es un valor
irrenunciable que debemos defender todos; nada justifica la muerte de estos
soldados, argentinos y británicos, que ofrendaron sus vidas por las mezquindades
de los políticos de turno…
Recordar,
hacer memoria para entender que la violencia, con la guerra como una de sus
formas, no debe ser nunca la solución a un conflicto.
Recordar,
hacer memoria para evitar cometer los errores del pasado.
Al
reafirmar en este día la Soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas queremos
rendir nuestro más sincero homenaje a estos héroes anónimos de la Patria,
veteranos y caídos en la guerra… Que Dios premie abundantemente su generosa
entrega.
Muchas
gracias!
Prof. Lic. Lucas Blangino
Prof. Lic. Lucas Blangino
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